Mis imperfectas vacaciones

El despertador, lo paro apenas cuando ha empezado a sonar. La ducha, agua caliente, aunque no mucho, pero con mucha presión, con mi champú especial, exactamente como a mí me gusta. Un zumo, un café templado y nada sólido, mi preferido recién levantado. Un viaje tranquilo, oyendo en la radio el programa que me gusta escuchar, donde los atentos conductores salen disparados en los pocos semáforos que cojo cerrados. Voy con tiempo para un segundo café. Hay bastante gente en la cafetería, pero consigo pedirle un café con leche largo de café y con la leche fría, que me sirve casi al instante y justo como se lo he pedido, a la vez que me ofrece una larga lista de acompañamientos para éste. Él sabe que no, que no querré nada, sólo me está dando tiempo para que le pague, a la vez que me da la vuelta. Subo a la oficina y arranco el equipo. Tarda lo suyo, sobre todo hasta que entra el correo de trabajo, lo cual aprovecho para leer mi correo privado a través de Internet, que va como un tiro. Tardo poco en revisarlo, casi todo es spam. La mañana va a las mil maravillas, todo está como yo quiero que esté, como me hace sentir cómodo. Todo perfecto.
Pasan cinco minutos y no han entrado aún todos los correos. Pasan cinco minutos más, todos los correos, más de 300, están ya en mi bandeja de entrada. Pasan otros cinco minutos. Y cinco más. Y otros cinco más. Sigo paralizado otros cinco minutos más, y ya va más de media hora.
Echo de menos la ducha con poca presión, incluso quedarme sin agua caliente a la mitad y lavarme el pelo con gel. Echo de menos un desayuno en que pida un café con leche fría y me traigan un café horrible que está cociendo y un bollo de ayer, quince minutos más tarde. Echo de menos coger a duras penas una aburridísima emisora local en la radio del coche mientras desespero por la parsimonia del resto de conductores, para llegar al ciber donde me espera una conexión lenta. Echo de menos mis imperfectas vacaciones.

KATRINA

Curioso que el nombre de uno de los huracanes más destructivos de los últimos años, tenga un nombre ruso.

Con eso no quiero decir nada, pero da la sensación que así piensan que es algo exterior y no es algo suyo. Pero bueno, serán imaginaciones mías, como siempre.

Resulta impactante ver las imágenes de caos y desolación recogidas a través de las cámaras de los helicópteros. Si no supiera que está ocurriendo en el supuesto “País más poderoso del mundo”, pensaría que estamos ante una de esas catástrofes que ocurren en el tercer mundo. Sobre todo, porque no se vé a ningún blanco. Todos son personas de raza negra, o al menos es lo que me ha dejado la visión de las imágenes en TV.

Ahora hablan de pillajes, posibles epidemias, meses hasta que se logre recuperar la normalidad...Y eso que estaban preparados y avisados con tiempo de antelación y aún así, parece que todo está siendo improvisado y que lo ocurrido les ha superado. Supongo que, a diferencia de los países latinos, tan dados a las críticas y a la búsqueda de responsabilidades y la creación de comisiones, observatorios y demás absurdos burocráticos, todos remarán en la misma dirección.

La primera consecuencia del huracán es que sube el Petróleo y, consecuentemente, la gasolina. Yo es que veo a los productores del “Oro Negro” esperando cualquier excusa para aumentar el precio del barril. Nadie parece quejarse, así que...a rascarse el bolsillo toca. En Francia, a la vista del excedente de ingresos conseguidos, investigarán en fuentes de energía alternativas, algo que no deberían de dejar de hacer el resto de países. Que digo yo que si ponemos una nave en Marte, encontrar un sustituto del petróleo no será muy difícil.

La segunda consecuencia...que en cualquier telediario, periódico y hasta revista, vemos fotos del desastre. Que parece que gusta el morbo y decimos: “han muerto 100, pero ¡serán casi 1000!...¡o más!”. De aquí a una parte, las catástrofes son como “el plato del día”. Si no hay una, parece que ese día no ha pasado nada. Y luego las olvidamos; Tsunami, terremoto... dura dos-tres días y a otra cosa.

Supongo que se nos olvidan así, los contratos basura, el precio de los pisos, la inseguridad...porque ¿Quién se puede quejar viendo lo que ocurre por ahí?.

Y ya que hablamos de lo que pasa en España, tenemos que hablar de un problema muuuy importante: No llueve. Seguro que todos lo pensamos, pero bien que llenamos la piscina y queremos ver el césped bien verde y fresco. “Que ahorren otros” pensamos siempre. La cuestión es que hasta han desaparecido las tormentas de verano; Hasta las echo de menos y todo, con los truenos, rayos y la tromba de agua. Ahora dicen que no saben si lloverá en Septiembre. Normal; Si pensamos que por “Buen tiempo” en las noticias lo definen con suaves temperaturas y sol en toda la península, nos hemos acostumbrado a que El Sol y el calor sean imprescindibles en nuestra vida. En Invierno, por mucho que nos empeñemos, buen tiempo es lluvia, frío y nieve. Tanto hemos pedido que no llueva y no haga frío que las nubes se han ido buscando cielos mas agradecidos que los nuestros.

Yo por si acaso, pondré una velita para que llueva...pero ya después del fin de semana, que este me voy al campo.

BLANCANIEVES

Ya no era como antes, cuando su belleza era la envidia de todo el reino y causaba admiración en todos los rincones que visitaba. Ahora, Blancanieves ni siquiera se atrevía a mirarse en el espejo. Sabía que él mentiría, cuando respondiera a la pregunta: “Espejito, espejito, ¿Hay alguien mas hermosa que yo?”.

Ahora, su esposo correteaba, como un colegial, detrás de las sirvientes, en busca de la juventud que ella ya no le podía dar. “Príncipe...¡Bah! un viejo lascivo y lujurioso, eso es lo que és”.

Sus antiguos amigos y confidentes, se convirtieron en un estorbo el día que se negaron a cederle la productiva mina de diamantes. Los estúpidos enanos no fueron rivales para su Guardia Real y sus cuerpos deformes, fueron exhibidos en cada almena del Palacio.

Pero su amargura era nueva. Un veneno recorría su cuerpo; Una muchacha, casi adolescente, rivalizaba con ella. Por todo la corte, se comentaba que nunca antes se había visto belleza igual. Ni siquiera Blancanieves en sus mejores años habría estado a la altura. Y eso era algo que no iba a permitir nunca.

Aquella mañana, Blancanieves encontró la Rueca, o quien sabe si no fue al contrario. “La utilizaré con ella; Con el tiempo, nadie la recordará y seguiré siendo la mas hermosa nunca vista”.

En lo más profundo del bosque, apartada de la vista de todos, rodeada de algunos animalillos la hermosa niña descansaba, sumida en un sueño eterno. Un hombrecillo, pequeño y rechoncho se acercó, curioso,

- ¡Venid!, ¡Es una muchacha!- gritó, alertando a sus amigos.
Y una vez mas el cuento, volvería a revivir.

DE VUELTA AL TRABAJO

El 1 de Septiembre es una de esas fechas que a nadie le gusta. A mí, me recuerda mucho a mis años de estudiante y lo mal que se pasaba sabiendo que tenías los exámenes de recuperación y poco o nada habías estudiado. Y es que esos momentos de tensión y nervios marcan y se quedan para siempre.

El caso es que el 1 de Septiembre nada tiene que ver con, por ejemplo, el 1 de Agosto; Ese día me gusta, le tengo un cariño especial. Es la fecha que prácticamente todos elegimos para empezar las vacaciones. Poco importan los atascos, las aglomeraciones, el calor...Tanto importa que si uno no puede escaparse ningún día del mes dice “Este año no tengo vacaciones...bueno si, en noviembre tengo unos días, pero vamos, no saldré”. Ir a trabajar en Agosto, es lo mas parecido a una penitencia. Como si te dijeran “Este año le toca a otros disfrutar”. Para paliar el no poder salir, inventamos excusas como: “No hay atascos”, “Se aparca donde quieres”...Intentando dar envidia a los que disfrutan de la playa, la montaña, un destino exótico...Yo imagino que uno que esté, yo que sé, tomando algo en un chiringuito de esos de pie de playa o recorriendo esa ciudad que tanto quería ver...pues le importa muy poco que tú puedas aparcar. Pero bueno, así somos, siempre intentando dar envidia.

También el primer día del noveno mes, es el momento en que elegimos “mejorar nuestra vida”. Por eso en la TV no hacen mas que aparecer anuncios sobre cursos de cualquier cosa imaginable (CCC nos dá curso de fontanería a distancia, que nunca entenderé como se puede aprender así). No son los únicos anuncios; También empiezan cientos de colecciones: Coches antiguos, libros de amor, de autoayuda, DVD´S...Sólo terminé en mi vida una colección: FAUNA de Rodríguez de la Fuente. Yo creo que cuando la terminé algunas especies de las que hablaban ya estaban extinguidas, pero bueno.

Realmente hay otro día en el que intentaremos cambiar de vida: El uno de Enero, por aquello de que empieza el nuevo año. Aunque en esta ocasión los cambios suelen ser mas interiores: “Tengo que ser mejor persona”, “llamaré mas a mis padres”...

Ahora que lo pienso, cuando hablamos de año nuevo, últimamente me hago un lío, porque tenemos: “Inauguración del Nuevo Año Judicial, del Nuevo Curso, del...”. Últimamente, incluso los calendarios que me llegan a casa, de esos con fontaneros, albañiles y demás, van de Enero a Junio, como si el año tuviera seis meses. Que siempre estoy mirando el buzón, con la esperanza de que aparezcan los meses que me habían robado.

Como siempre me voy por las ramas y olvido el tema del que quería hablar: El fin de las vacaciones y del verano. Si, del verano; Ya sé que acaba el 21 de Septiembre, pero el día uno ya estamos diciendo: “Se acabó el verano”. Ahora quedan 21 días que no sabes si son verano o no, que hasta te dá corte ir a la piscina o salir en chancletas y bermudas. Es como si dijeran; “A partir de hoy, vuelta al pantalón y camisa”.

En fin, supongo que toda esta reflexión será debida al “Síndrome Postvacacional”. Yo esos síntomas de los que hablan, depresión, stress, irritabilidad, lo tengo todos los lunes, así que no me pilla de sorpresa.
Por cierto, este año no he tenido días libres en Agosto, ¿ Se nota mucho?

FE

Levantarse sabiendo que tu vida puede ser una mentira, es duro, muy duro. Sobre todo cuando muchos te escuchan, esperando que seas tú el elegido, la persona que les indique el camino a seguir.

- ¡Maestro! – la voz tímida, invade el único momento de soledad que tiene – La multitud espera.
- Enseguida estoy con vosotros, Santiago.

Túnica, alpargatas de esparto…poco donde elegir. Tampoco se queja; No comprende su papel, pero lo acepta. Le es difícil ver si sus palabras están llenas de verdad o sólo son huecos delirios de su mente enferma.

Descorre la cortina de entrada; Allí en su puerta, cientos de personas se agolpan, como siempre. Lo llaman fe y de eso ya tiene bien poco.

Mira, primero al suelo, luego al cielo, buscando ese aliento de ánimo del que supone que es su padre. Luego, camina algunos pasos entre la gente, que ya forman un pasillo por el que dejarlo avanzar.

El trayecto es corto, suficiente para llegar hasta lo alto de la colina. Sus discípulos aguardan expectantes, en silencio. Creen en él ciegamente y darían su vida por él. Son unos ingenuos o unos locos ¿Acaso les seguiría él de igual forma? Lo duda.

Levanta los brazos, en señal de acogida. Todos se arrodillan al escuchar la primera palabra;


- Bienaventurados…

¿Qué importa que no sea el que dicen? Ya vendrán otros que lo hagan. Mientras tanto les dará esperanza, mucho mas de lo que les dá su querido Dios.

DE VUELTA AL COLE

- Ahora niños, espero que me dejéis continuar la clase tranquila- la profesora no alzaba la voz después de mucho tiempo haciéndolo- Y no quiero tener que volver a castigar a nadie- casi se diría que era cariñosa al hablar.

La primera fila fue la peor parada; Había sangre por todos lados, incluso en el techo. El resto intentó escapar, pero fue inútil. Nines, la profe de Historia, la mujer-pastilla, que así la llamaban desde su paso por el psiquiátrico, estaba dispuesta a hacerse escuchar, y cuando Carlitos le tiró la primera bola de papel, no dudó en hacer uso del AK-47 comprado la semana anterior.
Asi me gusta, chicos- dijo mientras continuaba escribiendo en la pizarra- Creo que nos llevaremos bien este curso.